Olga Gilbert nojaa vehreässä ympäristössä sillankaiteeseen ja hymyilee avoimesti ja kuuntelevasti

Olga Gilbert, 200

Soy doctora especialista en medicina general, madre de una familia multicultural y primera vicepresidenta de la junta directiva de la región de bienestar de Vantaa y Kerava. Trabajo como miembro adjunto del Ayuntamiento de Vantaa y como miembro adjunto de la delegación de la Asociación Médica.

 

Soy investigadora por naturaleza. Suelo formar mi opinión con cuidado, pero si es necesario, también soy capaz de tomar decisiones rápidamente. He sido tímida de niña y en ocasiones no me atrevía a expresar mis opiniones. Poco a poco he ido adquiriendo el valor para hacer y actuar de acuerdo con mi fuerte sentido de la justicia.

 

Crecí en una familia de músicos: en el mejor de los casos (o en el peor) había 3 violines tocando en casa al mismo tiempo. En mi caso, mi afición se decantó por el piano, sin embargo, el deporte me empezó a llamar cada vez más la atención: jugué al ringette y fui practicante de wushu (artes marciales chinas).

 

En mi infancia, pasamos los veranos en Savonlinna, en el festival de ópera donde trabajaba mi madre. También con los abuelos en su casa de campo en Loppi, fueron momentos muy entrañables.

 

Tener inquietudes intelectuales, aprender y estudiar cosas nuevas son parte de mi forma de ser y estar en el mundo. La educación secundaria la hice en una escuela Steiner donde viajaba en tranvía a través de Helsinki. Al acabar el Bachillerato de ciencias, continué los estudios en el Departamento de Química de la Universidad de Helsinki. Mi interés en la química humana y su estudio me llevaron después a la Facultad de Medicina. Me gradué como médico en el año 2015. Después continué estudiando y trabajando hasta recibirme en Medicina General.

 

Vivo con mi familia en Varisto, Vantaa, en un entorno cercano a la naturaleza. Me siento una privilegiada viviendo mi día a día rodeada de su hermoso paisaje local. En primavera despiertan los primeros brotes de los abetos, popularmente conocidos, en finés, como hiirenkorvat (orejas de ratón); el trino de los pájaros; las anémonas blancas y los lirios del valle. El prado repleto y resplandeciente de dientes de león, a principios de verano, con sus abejorros y abejas, y el frescor que trae el bosque en los días abrasadores de verano, rebosan mi espíritu de alegría. Nada como el brillo de los colores del follaje de otoño y su aroma, las tardes oscurecidas y las lluvias de agua, para que una  se sienta desbordada de paz antes de recibir el invierno. Y cuando la última estación del año irrumpe, los primeros que te saludan al abrir la puerta de la casa son los montecitos de nieve. El prado nevado está lleno de huellas de animales y los árboles se abrigan con los velos de nieve. Me encanta hacer esquí de fondo por las pistas de Petikko. Los ejercicios grupales animados y guiados por los instructores retroalimentan el entrenamiento en el gimnasio. También se me puede encontrar en los bosques cercanos recogiendo basura con mi familia o cuidando el jardín y mi pequeño huerto. Me gusta cocinar y hornear y, a menudo, tengo a toda mi familia preparando algo conmigo en la cocina. Nos complace compartir la comida con los demás, con familiares y amigos.